Nada mejor para el calor que un refrescante chapuzón: en la playa, en la piscina, un lago… Para disfrutar de una jornada veraniega sin poner en jaque la salud auditiva, a veces es necesario aprovisionarse de unos tapones para los oídos.
¿Cuántos sufridos padres han pasado noches de verano en vela por una caprichosa otitis que martiriza a sus pequeños? ¿Por qué algunos adultos experimentan molestias en el oído tras una jornada de buceo?
Es cierto que en verano proliferan algunos trastornos en la salud auditiva derivadas de las jornadas de playa o piscina. Los datos dicen que estas afecciones se incrementan entre uno 80% y un 90% en estos meses cálidos. Precisamente existe un tipo de otitis, apellidada ‘estival’ u ‘oído de nadador’ que se produce por infecciones bacterianas asociadas a la calidad del agua, al tiempo de exposición a la misma o a la existencia previa de lesiones como una perforación de tímpano.
Como suele ser habitual en estos casos, la mejor cura es la prevención. Y por eso, para poder pasar un verano tranquilo y evitar este tipo de molestias, existen en el mercado unos tapones de baño diseñados para adaptarse a la cavidad auditiva del usuario, pasando completamente inadvertidos.
Los tapones para el baño están realizados generalmente en materiales antialergénicos para evitar cualquier riesgo de reacción, son confortables y discretos, y proporcionan una protección total al estar hechos a la medida del conducto auditivo de la persona para una total garantía de estanqueidad.