Mimamos nuestra piel y nuestro cuerpo para que luzcan en todo su esplendor y a menudo olvidamos lo importante que es prevenir y preservar otras partes de nuestro cuerpo. Cuidar tus oídos con unos tapones a medida para protegerlos del agua o de ruidos elevados, no es un lujo sino una necesidad que contribuye a la garantía de disfrutar de un futuro libre de pérdidas auditivas.
Evita infecciones
Cuando practiques deportes acuáticos, en piscinas, río o mar abierto, cuidar tus oídos es esencial para prevenir futuras enfermedades que conllevan pérdidas auditivas. Es por ello que el uso frecuente de tapones para el baño es una necesidad que se convierte en disciplina cuya recompensa es disfrutar de una correcta audición.
Concienciar a los más pequeños para que usen tapones es esencial porque sus oídos deben estar en perfecto estado de revista toda su vida y aún le quedan muchos años por delante. Para los adultos exponer los oídos al agua sin protección es lanzarse al vacío sin paracaídas.
Sacudir la cabeza para evitar los depósitos de agua en el pabellón auditivo una vez finalizada la actividad o secar los oídos son recomendaciones prácticas que no debemos olvidar. Sin duda, darse un chapuzón con un par de tapones a medida es una garantía de salud para toda la vida.
Di NO a fuertes ruidos
Realizar actividades como el trabajo de un operario para la industria pesada, conducir vehículos pesados o el manejo de maquinaria doméstica, suponen estar expuestos a las altas frecuencias dañinas para el oído. Otras actividades lúdicas como practicar la caza, estar en discotecas o montar en motos de gran cilindrada, hacen a nuestro oído más vulnerables ante el ruido.
Y para usos frecuentes que mejoren nuestra calidad de vida se encuentran los que prefieren dormir con tapones para evitar esos incómodos ronquidos de su compañero de cama. Sea cual sea la elección, los tapones antirruido se muestran como toda una herramienta de protección y mejora en nuestro día a día.