Recuerda que estos productos parecen prácticamente iguales pero tienen diferentes indicaciones, por lo tanto hay que tener mucho cuidado de no confundir los audífonos con productos de amplificación de sonidos. La tecnología y apariencia pueden en algunos casos ser similares a un audífono pero no están diseñados para como productos sanitarios.
Los audífonos requieren una adaptación individualizada, llevada a cabo por un profesional sanitario, para optimizar su funcionamiento de acuerdo con las características audiológicas y anatómicas de cada paciente. Por el contrario, un amplificador de sonido está destinado a ser utilizado por personas con audición normal que tienen el deseo o la necesidad de amplificar los sonidos en ciertas situaciones, y en ningún caso a compensar deficiencias auditivas.
Los audífonos y los amplificadores de sonido, debido a su diferente finalidad de uso, se encuentran sometidos a diferentes normativas, por lo que los requisitos de seguridad, eficacia, calidad e información y los procedimientos de evaluación y control que se aplican a ambos productos son distintos.
Por tanto, la AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios) dependiente del Ministerio de Sanidad recuerda que se debe tener clara la finalidad de uso de cada producto, la cual viene determinada de si se trata de un producto sanitario o un aparato electrónico.